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¿Sabías que las colonias de inmigrantes en Entre Ríos sentaron las bases del desarrollo industrial de Concordia?

¿Sabías que las colonias de inmigrantes en Entre Ríos sentaron las bases del desarrollo industrial de Concordia?

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En la provincia de Entre Ríos, los procesos históricos de inmigración marcaron profundamente la configuración de sus ciudades, incluida Concordia. Desde la llegada de los primeros inmigrantes europeos durante el gobierno de Justo José de Urquiza, hasta la consolidación de colonias agrícolas, la región se transformó en un verdadero crisol de razas, donde se amalgamaron tradiciones propias y extranjeras, contribuyendo al desarrollo económico y cultural de la provincia.

El impacto de los inmigrantes en Concordia

En Concordia, los inmigrantes jugaron un papel central en su desarrollo temprano. Hacia 1850, cuando la población apenas superaba las 1.400 personas, había una buena proporción de extranjeros, especialmente españoles, vascos, y orientales, que se dedicaban al comercio (pulperos y tenderos) y a actividades ganaderas.

También había unos pocos italianos y, lo llamativo, destacando el carácter diverso de la comunidad, había descendientes de africanos en el trabajo del saladero, que llevaban el apellido de Manzores.

El puerto de Concordia fue clave para la economía provincial, funcionando como eje del transporte de mercancías entre el norte del país y los puertos de Buenos Aires y Montevideo.

El legado de los inmigrantes

En todo Entre Ríos entre 1860 y 1879 se organizan 24 colonias que fueron rápidamente ocupadas y aún desbordadas por los inmigrantes provenientes de Italia, Francia, Suiza, Bélgica, España y Alemania que se ubicaron preferentemente en los departamentos Paraná, Diamante, Colón, Uruguay, y se fueron extendiendo hasta posteriormente llegar a nuestra ciudad.

Más precisamente en 1861 la población aumentó considerablemente con el aporte de familias que llegaron desde otras provincias y del exterior. Concordia también sintió esa transformación con la llegada de correntinos, cordobeses, orientales, porteños y gran cantidad de vascos franceses, españoles e italianos.

La industria se diversificó y además del saladero inicial que ya contaba con calderas y maquinarias especiales, se agregaron la lomillería, velerías, ladrillerias, fideería, y jabonería.

1878, en este año arribó el primer contingente de alemanes del Volga (denominados popularmente «rusos» por haber habitado previamente en Rusia en el siglo XVIII), siguiendo las costumbres traídas de su lugar de origen, se ocuparon de tareas agrícolas relacionadas al cultivo de trigo, centeno, papa, cebada y alfalfa, así en poco tiempo no hubo departamento de la provincia que no cuente con el aporte poblacional de éstos llamados rusos.

El período 1880-1899 es el mejor momento de la colonización en la provincia instalándose alrededor de 186 colonias. En esa época Concordia tenía a favor la llegada de nuevos grupos de inmigrantes: italianos que impulsaron la agricultura y la construcción, franceses en la granja y la cultura, y españoles que se convirtieron en la colectividad más numerosa a fines del XIX cuya actividad estuvo orientada al comercio y a la industria.

Los extranjeros y descendientes se asociaron y mutualizaron, fue así como surgieron distintas sociedades de inmigrantes: la sociedad italiana «La Concordia», la Sociedad Francesa de Socorros Mutuos, la Sociedad Española de Socorros Mutuos, la Sociedad Italiana «Roma Intangible» y la Sociedad Oriental de Socorros Mutuos.El comercio se vuelve pujante, emprendedor y movilizador.

En este sentido, cabe destacar que por su parte, los colonos judíos –oriundos de Rusia, Rumania, Hungría y Checoslovaquia– se dedicaron también a la agricultura y desarrollaron una intensa actividad social en centros culturales, clubes recreativos, bibliotecas, y sinagogas, que diseminaron por las colonias.

En concordia, además de saladeros, fábricas de conservas, curtiembres, y graserías, se agregaron el acopiador de productos y el consignatario; también aparecieron las grandes barracas, así como se consolidaron apellidos ganaderos como Dorado, Soler, Parker, Mendiburu, Garat, Taylor, O´ Connor, Isthilart y tantos otros que llenaron esta etapa que se completó con la fundación de la Sociedad Rural en 1898.

En Concordia, hoy se pueden observar elementos de esta rica herencia cultural en sus tradiciones, festividades, música, y gastronomía. Ya que nuestra ciudad y provincia supo ser tierra de oportunidades para generaciones de inmigrantes, quienes, a través de su trabajo y esfuerzo, transformaron la región en un espacio diverso y pujante, donde lo propio y lo extranjero se encuentran en constante diálogo.