Alejandro Quintana: “Empecé a hacer presentaciones en vivo y descubrí que, además de la música, el humor era una herramienta poderosa para conectar con la gente”
En esta edición N° 96 de “Entrevistados” de Despertar Entrerriano, nos adentramos en el mundo del humor, siendo el 26 de noviembre el Día del Humorista. Y para conmemorar el día, dialogamos con Alejandro Quintana, un apasionado artista que ha dedicado más de dos décadas a entretener y conectar con el público a través de su show «Cantalo», una fusión única de música, humor y emociones. Alejandro compartió con nosotros cómo ha evolucionado su carrera, los retos de hacer reír en los tiempos actuales y su filosofía sobre la importancia del humor en la vida.
Entrevista:
¿Cómo comenzaste en el mundo del espectáculo y cuánto tiempo llevás trabajando en esta profesión?
“Llevo más de 20 años con el micrófono en la mano, aunque el show «Cantalo», tal como lo conocen hoy, cumple 10 años este mes de noviembre. Todo comenzó cuando trabajaba en radio y televisión, donde siempre intentaba incluir humor en lo que hacía. Más tarde, empecé a hacer presentaciones en vivo y descubrí que, además de la música, el humor era una herramienta poderosa para conectar con la gente. Era un recurso que me salía de manera natural, y por eso decidí incorporarlo. Así nació este formato que mezcla música, anécdotas, humor y mucha improvisación.”
¿Cómo describirías tu show y cómo lo desarrollaste a lo largo de los años?
“El show Cantalo es una mezcla de todo lo que he hecho a lo largo de mi carrera. Incluye conducción, animación y, por supuesto, mucho humor. A veces lo describo como ‘música con pasión y un poco de locura’. Lo que hago es contar anécdotas de mi vida, de las aventuras que vivo como padre o en la rutina diaria, y las exagero un poco para sacar una sonrisa. Siempre digo que el mejor humorista es aquel que puede reírse de sí mismo, y eso es lo que trato de hacer. No cuento chistes como tal, sino que busco risas cómplices, esas que surgen porque la gente se identifica con lo que estás contando.”
¿Qué desafíos enfrentás al trabajar con el humor?
“El mayor desafío hoy en día es que hacer reír se ha vuelto más complicado. La sociedad está más sensible, y eso nos obliga a ser muy cuidadosos con lo que decimos. Antes, el humor era más directo, pero hoy hay que adaptarlo para que sea inclusivo y respetuoso. Me he dado cuenta de que el humor que más funciona ahora es el que te permite reírte de tus propias desgracias, porque la gente conecta desde lo personal. Además, con las redes sociales, todo se amplifica, así que siempre hay que pensar dos veces antes de hacer un comentario.”
¿Cómo manejás la preparación de tus shows? ¿Tenés un guión o improvisás?
“Todo en mis shows es improvisación. Subo al escenario y hago un ‘escaneo visual’ del público: veo las edades, el ambiente, y decido cómo arrancar. Por ejemplo, en una noche de mujeres he tenido desde abuelas hasta hijas cantando juntas canciones de los Iracundos o José Luis Rodríguez. Eso es lo que hace que cada show sea único. Mis hijos, que son mis copilotos en muchas giras, siempre me preguntan qué voy a decir, y yo les respondo que no preparo nada, simplemente dejo que fluya en el momento. Creo que esa espontaneidad es lo que hace que la gente se sienta parte del espectáculo.”
¿Tuviste alguna experiencia que te haya marcado especialmente?
“Sí, tengo muchas anécdotas, pero hay una que nunca olvidaré. Una vez, en uno de mis shows, había una señora que estaba en tratamiento contra el cáncer. Durante la noche, en medio de la música y las risas, se quitó el pañuelo de la cabeza y comenzó a disfrutar sin inhibiciones, gritando y bailando. La aplaudieron de pie, y fue un momento tan emotivo que no pude evitar llorar en el escenario. Esas experiencias son las que me hacen amar lo que hago. Saber que, aunque sea por un rato, puedo hacer que alguien olvide sus problemas es lo más gratificante de mi trabajo.”
¿Cómo ha influido la tecnología en tu forma de trabajar?
“La tecnología ha cambiado mucho nuestra manera de interactuar con el público. Hoy en día, las redes sociales son fundamentales. Mi equipo y mis hijos me ayudan a manejar esas plataformas porque todo tiene que ser inmediato: subís una foto o un video en el momento, y la gente quiere saber qué estás haciendo en vivo. Sin embargo, trato de encontrar un balance para que no se pierda la conexión real. A veces veo que la gente filma todo el show en lugar de vivirlo, y me pregunto si realmente están disfrutando. La tecnología es una herramienta, pero no debe reemplazar la experiencia humana.”
¿Cómo ves el estado actual del humor en la sociedad?
“Hoy el humor enfrenta varios desafíos. La gente está más sensible, y es fácil que algo sea malinterpretado. Además, programas humorísticos en la televisión abierta prácticamente han desaparecido. Lo que antes era risa ahora parece centrarse más en el escándalo o el chisme. Sin embargo, creo que la necesidad de reír sigue ahí. Siempre digo que la risa es un ejercicio maravilloso: mueve más de 40 músculos y te renueva el alma. Por eso, es importante seguir apostando al humor como una forma de conectar y sanar.”
¿Volverías a elegir esta profesión si tuvieras la oportunidad?
“Sin duda, sí. Agarrar un micrófono me ha permitido vivir experiencias increíbles, desde cantar frente a 30.000 personas en la Fiesta de la Artesanía hasta hacer reír a grupos pequeños en un bar. Cada momento ha sido único, y lo valoro profundamente. No cambiaría esta profesión por nada, porque me da la oportunidad de conectar con las personas y, sobre todo, de regalarles un momento de felicidad.”
Te invitamos a ver lo más destacado de la entrevista a través de estos reels…
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