13 de noviembre de 2024

Despertar Entrerriano

Medio de Concordia

Preocupación en el barrio «El Silencio» por acumulación de residuos patológicos sin tratar

En Concordia, la situación del Campo Abasto y la actividad de una empresa dedicada a la quema de residuos patológicos encendió la alarma entre la comunidad y generó dudas sobre el cumplimiento de las normativas ambientales. La empresa, ubicada en la zona de Campo Abasto, gestiona residuos patológicos en un incinerador que, según investigaciones recientes, no cumple con los requisitos de seguridad y salud establecidos.

A comienzos de 2023, un operativo de la Policía Federal reveló que la empresa empleaba un horno incinerador casero para la quema de estos materiales, sin los filtros y dispositivos necesarios para evitar la emisión de gases contaminantes. Esta situación fue motivo de quejas por parte de vecinos, quienes reportaron olores intensos, aumento de enfermedades respiratorias y otros problemas de salud que consideran directamente relacionados con la actividad de la planta.

La empresa fue clausurada temporalmente en su proceso de incineración, al encontrarse que el horno no estaba en condiciones legales para su operación. Sin embargo, esto ha dado lugar a rumores persistentes entre los residentes de que la quema adecuada de estos residuos lleva más de un año sin realizarse, dejando una cantidad considerable de bolsas de consorcio las cuales, según vecinos, están tapadas por solamente “un nylon negro gigante”, lo que plantea la pregunta de qué ocurre actualmente con los desechos y si estos están almacenándose sin el tratamiento requerido. Varios vecinos han manifestado a nuestro medio su preocupación sobre el posible almacenamiento prolongado de estos residuos, lo que, en su opinión, podría representar otro foco de contaminación si no se gestiona correctamente.

La gestión de residuos patológicos en Argentina está regulada por la Ley de Residuos Peligrosos N.º 24.051, que establece protocolos estrictos para el manejo y disposición final de este tipo de materiales, los cuales incluyen el uso de incineradores certificados que minimicen las emisiones de sustancias tóxicas. Sin embargo, los informes sobre la empresa muestran que ha operado fuera de estos lineamientos en Concordia, lo que pone en evidencia una falla en la implementación y monitoreo de esta normativa.

En contraste, Estados Unidos tiene una regulación sólida en cuanto al tratamiento de residuos médicos, bajo la administración de la EPA (Agencia de Protección Ambiental). Las leyes estadounidenses no solo exigen que las incineradoras posean filtros avanzados para capturar partículas y gases peligrosos, sino que además se aplican controles exhaustivos en las instalaciones. Cualquier incumplimiento puede derivar en sanciones severas, como multas económicas, clausura de instalaciones o hasta penas en prisión. Esta comparación muestra una gran diferencia en los estándares y en la rigurosidad con la que se controla la actividad de incineración de residuos patológicos en cada país.

Los rumores sobre la falta de quema se posiciona desde hace más de un año, los cuales se han intensificado a medida que ha pasado el tiempo, especialmente en los barrios cercanos al Campo Abasto, como el barrio El Silencio. Algunos vecinos incluso han mencionado que esta situación representa una amenaza para la salud pública.

Además, la cercanía de la planta a parques recreativos y comedores infantiles ha sido otro punto de discusión, con muchos cuestionando si la empresa cumple realmente con los estándares necesarios para operar cerca de áreas sensibles.

Ante la presión creciente, varios vecinos han exigido a las autoridades locales y provinciales una revisión exhaustiva del manejo de residuos patológicos por parte de la empresa y una mayor transparencia en la comunicación. Vecinos han solicitado que se implemente una auditoría completa y periódica sobre las prácticas de la empresa, además de sanciones claras si se confirma el incumplimiento de las normativas.

Para Concordia, este caso evidencia una necesidad urgente de actualizar y fortalecer los mecanismos de control sobre las empresas que gestionan residuos peligrosos, especialmente aquellas que operan en áreas cercanas a zonas residenciales o sensibles. Este pedido se ha repetido en múltiples ocasiones, y los vecinos esperan que las autoridades respondan adecuadamente para garantizar su derecho a vivir en un entorno seguro y libre de contaminantes.

En conclusión, el caso del Campo Abasto de Concordia, más allá de sus implicaciones ambientales, es también un llamado de atención sobre la importancia de una normativa ambiental rigurosa y efectiva. La situación de la empresa es solo una muestra de las dificultades de implementación y fiscalización que enfrenta Argentina en este campo, y las comparaciones internacionales ponen de relieve los desafíos pendientes en materia de salud pública y sostenibilidad.

Fuente: Despertar Entrerriano

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