
“No es magia: es orden”. El abordaje sistémico de los vínculos familiares llega a Concordia de la mano de Pablo Lapiduz
Las constelaciones familiares ganan terreno en Concordia como herramientas para comprender el origen profundo de muchos conflictos personales. Pablo Lapiduz, mediador, facilitador y abogado, ha traído estas prácticas a la ciudad con una mirada renovadora: “La mayoría de nuestros problemas no son personales, sino sistémicos. Hay algo en el lugar que ocupamos en nuestra familia que muchas veces está desordenado”, destacó a Despertar Entrerriano.
Lapiduz comenzó su camino profesional desde un interés personal, casi casual, pero transformador. “Llegué a esto por un momento de dolor. Me encontré con una persona que hacía constelaciones, algo que no tenía nada que ver con la ciencia”, cuenta.
En su práctica, ha encontrado una recepción creciente tanto en Concordia como en otras ciudades como Buenos Aires, Córdoba y Misiones. “En Concordia hay mucho interés. La gente pregunta, se acerca, quiere entender. Y eso es muy valioso porque abre puertas al cambio”, afirma.
Del conflicto legal al orden interno
Uno de los focos del trabajo de Lapiduz es la conflictiva relación que muchos hombres mantienen con sus exparejas, especialmente en contextos legales vinculados a la crianza de los hijos. “Trabajo con hombres que no quieren que sus hijos queden atrapados en conflictos que son de adultos. A veces, detrás de una batalla judicial hay un desorden sistémico, algo que no se resolvió dentro de la familia”, explica.
Este enfoque busca resolver no solo lo jurídico, sino también lo emocional. “Muchas veces en mediación se solucionan los conflictos legales cuando se aborda el conflicto subyacente, el que está en el sistema familiar”, dice. Y agrega: “Cuando una madre dice ‘mi hijo es el amor de mi vida’, algo está fuera de lugar. Ese hijo no puede ocupar el rol de pareja. Esas confusiones traen sufrimiento”.
Un abordaje integral y sin recetas
Lapiduz remarca que cada persona llega con una motivación distinta y que no hay una solución universal. “Hay gente que viene con conflictos de pareja, otros con problemas para prosperar en sus negocios, con dificultades con sus padres o hijos. Cada uno tiene su objetivo y eso determina el tipo de trabajo”, aclara.
A diferencia de otros enfoques terapéuticos, el sistémico no promete soluciones inmediatas, pero sí transformaciones profundas. “No se garantiza un resultado como quien vende un producto. Acá el resultado depende de la conciencia de cada persona, de lo que esté dispuesta a ver y cambiar”.
Además de las constelaciones familiares, Lapiduz también aplica una técnica menos conocida: la técnica estructural, que enseña a “reordenar energéticamente el esqueleto” y, según afirma, mejora el bienestar físico y emocional. Esta técnica, al igual que las constelaciones, puede aplicarse tanto en sesiones presenciales como virtuales.
Constelaciones en expansión
Pablo Lapiduz sostiene que el crecimiento de estas prácticas no es una moda pasajera, sino una necesidad. “Cada vez más personas se animan a mirar más allá del síntoma, a entender que detrás de un problema hay un sistema que necesita orden”, asegura.
Desde jóvenes de 16 años hasta adultos mayores de 80 han pasado por sus sesiones. “La edad no importa. Lo importante es la disposición a abrirse, a dejar de repetir historias que no son nuestras”, concluye.
Con un enfoque que mezcla herramientas terapéuticas, intuición y escucha activa, Lapiduz se propone seguir expandiendo este trabajo en Concordia, donde ya ha comenzado a gestarse una comunidad interesada en sanar desde el origen.
Fuente: Despertar Entrerriano