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La lucha contra el cólera y otras epidemias trazaron el camino hacia la construcción del primer hospital en Concordia

La lucha contra el cólera y otras epidemias trazaron el camino hacia la construcción del primer hospital en Concordia

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Concordia ha enfrentado numerosos desafíos en el ámbito de la medicina y la atención sanitaria hasta el establecimiento de sus hospitales. En este recorrido por la historia de la salud y los hospitales en Concordia, nos sumergimos en los logros y transformaciones que marcaron este aspecto vital de la vida de sus habitantes.

1836 – 1860: La lucha contra las epidemias en el amanecer de la ciudad

Concordia contaba con aproximadamente 400 habitantes. En la provincia se conocían algunos casos de muerte por hidropesía, fiebre, pasmo compulsivo, mal de calentura, irritación nerviosa, muerte repentina, viruela, escarlatina y fiebre amarilla. Fue así que a la ciudad llegó una epidemia de “fiebre amarilla” que diezmó a 119 personas según el informe del comandante militar Antonio Navarro, quién solicitaba el envío de mercadería y un galeno (médicos capacitados y con conocimientos avanzados para su época).

Debido a que las epidemias eran frecuentes dicha situación obligaba a la vacunación de la población, especialmente a los niños y jóvenes. En esa época más que médicos existían curanderos que aplicaban medicina empírica, por lo que las autoridades recomendaban aplicar medicamentos suaves, por no poder afrontar el envío de médicos a cada pueblo, pues no contaban con el presupuesto.

Fue así que existían ranchos que tenían el nombre de “hospitales”, hasta que en 1860 se concretó el llamado “Hospital Viejo”. Además cabe aclarar que en tiempos de lucha las fuerzas destinadas debían montar sus tiendas que servían de hospital y que también prestaban auxilio a las poblaciones cercanas.

La primera vez que se hizo mención a un médico en Concordia fue a través de Urdinarrain en el año 1838. El nombre del mismo era don Guillermo Wilson; quien era médico de la policía. Su sueldo  era sostenido por el aporte de los vecinos.

Hasta que en el año 1856, procedente de España, llegó a Concordia el Dr. Luis Heras y Ascencio para ejercer la profesión de médico de policía, mediante una comunicación a Urquiza: se desempeñó hasta 1860 donde presentó su renuncia y fue reemplazado por el Dr. Carlos Querencio.

En el año 1857, José María Jantus solicitó al Presidente de la Confederación, la creación  de un Hospital de Caridad; lo informó a la población y pedía que la misma se suscribiera para aportar a la causa, según las posibilidades de cada uno. Se consiguió la donación de un terreno ubicado en las calles Rivadavia y Jujuy (R. S. Peña); hoy el Club Libertad; poseía dos solares, y luego se realizó la construcción de dos ranchos de adobe y paja. El edificio tenía 4 salones de 25 varas (aprox. 21 metros) de largo por 10 de ancho, y dos piezas para las personas encargadas. Contaba con la comodidad para 100 camas. El predio fue cercado por paredes y se instaló un pozo de agua. Además los medicamentos para dicho hospital eran adquiridos al farmacéutico Ceppi, cuyo costo era significativo.

El hospital funcionaba gracias a las donaciones de la población de Concordia y al esfuerzo de la comisión, pero sobrevino una crisis económica y debieron solicitar al gobierno provincial su ayuda; la condición que este les impuso, era la donación completa del nosocomio. La comisión informó a la población el 7 de octubre de 1863 lo informado por el gobierno, y solicitaban que firmaran en una nota el pedido, que redundaría en beneficio de los pobres. Dicha nota fue firmada en forma masiva por los pioneros de la ciudad; entre ellos Pascual Artigas, Bernardo Legerén, Benjamín Gadea, Cosme Argerich, Federico Zorraquín, Joaquín Mascaró, y tantos otros.

1873: Avances y desafíos en la gestión municipal

Pasado los años, en 1873, ya instalada la municipalidad, Aquileo González informó a su titular Federico Zorraquín, que dentro de los edificios públicos se encontraba el hospital; estaba abandonado, en estado ruinoso y sin techo, por consiguiente en esas condiciones no cumplía ninguna función.

Ya al término del primer año de gestión municipal se produjo un brote de “Fiebre amarilla” que causó preocupación de los ediles. Por esto el 20 de diciembre de 1873 se realizó una sesión extraordinaria para tratar el tema. Si bien no había información oficial, se tenía conocimiento de lo que ocurría en Buenos Aires, y eso traía preocupación.

Para tratar el brote crearon comisiones compuestas por un miembro de la corporación y un vecino nombrado como su auxiliar para realizar controles en diferentes lugares del pueblo. Así se realizarían controles de higiene en las viviendas, recomendaciones a través del periódico local, en el puerto control y cuarentena de buques provenientes de Buenos Aires, fumigación de la correspondencia, impresos y paquetes que estarían a cargo de los Dres. José Oliveira y Carlos Bonanni; entre otras medidas, como la prohibición de introducción de carne del Estado Oriental y el control de la fruta.

Una vez superada esta epidemia más tarde azotaría a la ciudad otro brote, pero esta vez de cólera, a lo cual a través de diferentes medidas Concordia debería hacerle frente.

La llegada de la epidemia de cólera a la región desató una serie de medidas de contención por parte de las autoridades municipales y provinciales. En medio de la crisis, se intensificaron los esfuerzos para evitar la propagación de la enfermedad y proteger a la población.

Pero a pesar de los esfuerzos realizados, la epidemia de cólera representó un desafío sin precedentes para las autoridades municipales y la población en general. La rápida propagación del virus y la falta de recursos médicos adecuados complicaron los esfuerzos de contención. Sin embargo, la implementación de medidas preventivas y el trabajo conjunto de las autoridades y la comunidad fueron fundamentales para mitigar el impacto de la epidemia y proteger la salud pública.

Concordia salió victoriosa y con un sistema de salud más fuerte

La lucha contra las enfermedades epidémicas en Concordia durante el siglo XIX y la primera mitad del siglo XX representó un desafío constante para las autoridades y la comunidad en general. Desde la aparición de epidemias como la viruela, la fiebre amarilla y el cólera, hasta la implementación de medidas de contención y prevención, la salud pública fue una preocupación central en el desarrollo de la ciudad.

A lo largo de estos años, se evidenció la importancia de la cooperación entre las autoridades municipales, provinciales y regionales, así como la participación activa de la comunidad en la adopción de medidas preventivas y en la promoción de hábitos saludables. Si bien las epidemias pusieron a prueba la capacidad de respuesta del sistema de salud, también sirvieron para fortalecerlo y mejorar su capacidad de enfrentar futuros desafíos.

Hospitales y Centros de Salud en la actualidad

Todo lo ocurrido en el pasado sentó las bases para la evolución que tuvo la salud en la ciudad años después.

El 9 de julio de 1882 se colocó la piedra fundamental de lo que sería el Hospital Felipe Heras que hasta ese momento se llamaba Hospital de Caridad. El mismo fue creado por la Sociedad de Beneficencia; la donación del terreno fue por parte del Municipio, y el 11 de abril de 1885 se firmó la Resolución para que dicha Sociedad lo administrara. Mientras el Hospital se construía, seguía funcionando en la antigua casa de calle Carriego 76, en la cual actualmente existe un importante Edificio.

Vivienda del antiguo Hospital de Caridad

Más tarde surgiría la Asistencia Pública Municipal que se comenzó a gestar por iniciativa del concejal De Donatis, en la Sesión del 29 de octubre de 1918, la cual fue aprobada por unanimidad, y ya para el 1 de enero de 1919 se constituyó su creación; y es lo que hoy conocemos como la Dirección de Especialidades Públicas, ubicada en Saavedra y 25 de Mayo.

En 1923 surgió el Hospital Koch a raíz del alto contagio de Tuberculosis que padecía la población en ese momento la cual ocasionaba una creciente mortandad de personas. Hoy en día en este predio está el Hospital Materno Infantil Ramón Carrillo que se encuentra en calle Isthilart y Sargento Cabral.

En Concordia también existió un Leprosario y el predio fue donación de la Sra. Juana Sarriegui de Isthilart; actualmente es el Hogar de Ancianos que está ubicado en  Saavedra y Luis Bernet. De este modo, no puede pasar por alto el Policlínico Ferroviario, que se inauguró en el año 1956, y estaba ubicado en R.S. Peña y La Rioja, actualmente ocupado por diversas dependencias municipales.

Así como no podemos dejar de nombrar la aparición del conocido Hospital Delicia Concepción Masvernat el cuál por diversas causas fue inaugurado en 2003, y se encuentra ubicado en Avda. Tavella al 2000.

Cabe mencionar que antiguamente también existió la Clínica Entre Ríos, en la esquina de calles R.S. Peña y Pellegrini, actual predio del Casino. Así como también existió la Clínica San José, el cual hoy en día es un Centro Ambulatorio del mismo nombre (Clínica Psiquiátrica) ubicada en calle Entre Ríos y Alem.

Hospital de San José

A lo largo del tiempo además de diversas instituciones públicas que se fueron estableciendo en  nuestra ciudad, también lo empezaron a hacer las privadas, tales como el Sanatorio Concordia S.A. que está ubicado en calles 1 de Mayo y P. del Castillo; el Instituto Médico Quirúrgico Garat, que está ubicado en Concejal Veiga y San Martín; y el Instituto de Pediatría que está ubicado en calle Urquiza entre 9 de Julio y Uruguay; entre otros.

Te invitamos a mirar el video completo de ¿Sabías que…? en nuestro canal de YouTube: Diario Despertar Entrerriano, y conocer las curiosidades acerca de la historia de la salud y el surgimiento de los hospitales en  la ciudad.