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“El perro no ataca porque sí”: Advertencia de un adiestrador sobre los errores humanos que generan perros agresivos

“El perro no ataca porque sí”: Advertencia de un adiestrador sobre los errores humanos que generan perros agresivos

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José Luis Rivero, referente de Ciudad Pitbull, brindó una explicación detallada sobre los factores que pueden volver agresivo a un perro. En diálogo con Despertar Entrerriano, advirtió que el problema no está en la raza, sino en la falta de educación y liderazgo por parte de los dueños.

“La pregunta es por qué el perro se vuelve agresivo, y la respuesta es clara: el 70% es responsabilidad del humano. Solo el 30% es genética”, explicó Rivero, con años de experiencia en la rehabilitación de perros con conductas agresivas. Según dijo, la clave está en la crianza desde los primeros días de vida.

Uno de los errores más frecuentes, señaló, es separar demasiado pronto al cachorro de su madre. “Tiene que estar con la madre al menos 45 días. Ahí aprende a relacionarse con sus hermanos y con el mundo”, explicó. Luego, ya en la casa, es fundamental establecer límites claros: “Si va a vivir dentro del hogar, debe tener su lugar, su puff. Debe entender que hay un líder”.

Rivero advierte que muchos dueños, al no ejercer ese liderazgo, generan confusión en el animal. “En una manada siempre hay un líder. Si no lo hay, el perro lo asume. Y cuando eso pasa, empiezan los problemas. El perro no tiene forma de comunicarse y, cuando algo no le gusta, responde con un tarascón”, señaló.

El especialista también remarcó la importancia de la nutrición, la constancia en los hábitos y el respeto por los momentos de descanso del perro. “Cuando duerme, procesa lo que aprendió. No hay que molestarlo”, enfatizó.

Entre los factores que pueden disparar la agresividad, mencionó la posesividad, el dolor y la dominancia territorial. “Si un perro tiene otitis y le tocás la oreja sin saberlo, puede morder. No porque sea malo, sino porque le duele”, aclaró.

Rivero compartió un caso reciente que atendieron en Ciudad Pitbull: “Nos trajeron un dogo que mordió a un chico de 17 años y también al marido de la dueña. Fue por todo lo que explicamos: falta de liderazgo, mala educación desde cachorro, desconocimiento total”.

Para evitar estas situaciones, aconsejó no improvisar. “Siempre hay que hablar con una persona idónea en conducta animal. Muchos ataques se podrían haber evitado si los dueños hubieran tenido información”, concluyó.

Fuente: Despertar Entrerriano