¿Está más naturalizado hablar de bienestar emocional hoy en día? La opinión de los concordienses
Desde Despertar Entrerriano salimos con “La Gente Opina” a recorrer la ciudad para conocer qué interés le dan los concordienses al hablar de bienestar emocional: ¿sigue siendo un tema tabú?
Están quienes aseguran que ahora se habla más, quienes todavía se guardan lo que sienten y quienes encuentran alivio en el deporte, la espiritualidad o el silencio.
“Hay más información, ya no es tan tabú”
La primera entrevistada fue Estel que lo tenía claro: hoy hablar de bienestar emocional es mucho más fácil que antes. Atribuye ese cambio al impacto de las redes sociales y a la circulación constante de información, especialmente en plataformas como Tik Tok.
Adriana, en cambio, duda. Si bien reconoce que hoy se habla más, admite que a nivel personal le cuesta expresarse. “Me quedo callada y me hace peor”, confiesa, reflejando una realidad que aún persiste en muchas personas: la dificultad para pedir ayuda o compartir lo que sienten, incluso cuando el entorno parece más abierto al diálogo.
Gladys aporta una mirada más contextual. Para ella, hablar de bienestar emocional es más fácil, sobre todo cuando se trata de profesionales. otra vecina, reconoce que el tema sigue siendo complejo. Aunque percibe que hoy es más normal hablar de bienestar emocional que antes, admite ser “muy cerrada” y que en su entorno las conversaciones sobre salud emocional aparecen de manera esporádica y superficial. También a quienes consideran que el bienestar emocional dejó de ser un tabú, aunque señalan que todavía falta facilitar el acceso a profesionales.
Jessica coincide en que hoy existe mucha más información y mayor naturalidad para abordar estas cuestiones. Ella es Madre de adolescentes, y siente que hablar de bienestar emocional es casi una obligación cotidiana. Otro joven introduce un matiz interesante: cree que hoy es más fácil hablar del tema, pero depende mucho del ámbito. Reconoce que todavía predominan posturas más tradicionales, donde distraerse o “mirar para otro lado” sigue siendo la estrategia elegida.
Lo que hacen los concordienses para cuidar su salud emocional
Cuando les preguntamos por las herramientas que utilizan para cuidar su bienestar emocional, las respuestas de los concordienses muestran un abanico amplio y, en muchos casos, improvisado. Estel cuenta que su camino está más ligado a lo espiritual, una elección que le permite encontrar calma y equilibrio en lo cotidiano. En su caso, el cuidado emocional no pasa por la terapia tradicional, sino por la conexión interior.
Por lo tanto, Gladys y Félix coinciden en el deporte como principal sostén. Para ella, la actividad física al aire libre es “lo más” a la hora de despejar la mente, mientras que él reconoce que, por ahora, el deporte es la única estrategia que utiliza para mantenerse bien emocionalmente.
Agustina también se inclina por el movimiento y el autocuidado individual. Si bien no realizó procesos terapéuticos prolongados, elige el deporte y los momentos de relajación personal como forma de descargar tensiones. Los entrevistados suman otras alternativas: caminar, leer y mantenerse activos. Eso forma parte de la rutina para equilibrar cuerpo y mente, especialmente en el día a día familiar.
En contraste, Adriana y Micaela reconocen mayores dificultades. Adriana admite que suele guardarse lo que siente, aun sabiendo que el silencio le juega en contra. Micaela, por su parte, se define como “muy cerrada” y reconoce no tener una práctica concreta para cuidar su bienestar emocional.
Entre avances, contradicciones y aprendizajes, la ciudad refleja una realidad compartida
Las voces recogidas en la calle muestran una Concordia en pleno proceso de cambio: hablar de bienestar emocional ya no es un tabú absoluto, pero tampoco es una conversación completamente resuelta. Para algunos, el tema forma parte de la vida diaria; para otros, sigue siendo incómodo o difícil de abordar.
El cuidado emocional aparece ligado al deporte, a la espiritualidad y a pequeños hábitos cotidianos y, en menor medida, a la terapia. A la vez, el entorno cumple un rol clave: hablar es un primer paso, pero el desafío sigue siendo transformar esas palabras en acompañamiento, acceso y contención real.
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Fuente: Despertar Entrerriano.
