La búsqueda de personas con pedido de detención en Concordia revela un sistema con más rebeldes que fugitivos
En algunos lugares suele ser común ver carteles de personas “buscadas por la justicia”, imágenes que llaman la atención y generan desconfianza en el sistema de seguridad.
Pero, ¿qué tan frecuente es esto en Concordia? ¿Existen prófugos de la justicia local? ¿Cómo se los busca y qué herramientas tiene el sistema judicial para lograr su captura? ¿Hay una lista pública de personas con pedido de detención?
Para entender cómo funciona en la práctica, Despertar Entrerriano habló con el fiscal coordinador de Concordia, José Daniel Costa, quien explicó cómo se busca a quienes no se presentan ante la justicia y qué diferencias existen entre un “prófugo” y un “rebelde”.
Fiscal coordinador de Concordia, José Daniel Costa
La diferencia entre un prófugo y un rebelde
En el lenguaje judicial, los términos no son intercambiables. Mientras que “prófugo” suele usarse popularmente para referirse a cualquier persona que evade a la justicia, la ley distingue una figura más frecuente en la realidad local: la de los rebeldes, personas que fueron citadas por la fiscalía o el juez y no se presentaron. “Se le llama rebelde a quien es citado y no concurre, ya sea porque tiene una causa en trámite o porque fue convocado a declarar y no vino. En esos casos pedimos al juez de Garantías que disponga su detención”, explicó Costa. Según detalló, la rebeldía se declara luego de constatar que la persona fue notificada correctamente y aun así no se presentó.
El término “prófugo”, en cambio, se aplica en casos más graves. “Se usa más para quien se escapa de un lugar de detención o de la cárcel. De esos no hay muchos en Concordia”, señaló el fiscal, marcando que la mayoría de los pedidos de detención activos corresponden a personas con causas menores o incidentes comunes, como riñas, lesiones o conflictos laborales.
Cómo actúa la justicia cuando alguien no se presenta
El procedimiento para ubicar a una persona rebelde comienza con la constatación de su ausencia. Si no se la encuentra en su domicilio ni responde a las citaciones, la fiscalía solicita al juez la orden de detención. Costa explicó que el proceso no es automático: “Es muy raro que después de la primera citación ya se pida la detención. Primero intentamos localizar a la persona, pedimos a la policía que averigüe en su dirección, hablamos con vecinos o familiares, y recién si comprobamos que hay una actitud de rebeldía, pedimos la orden de detención”.
En cuanto a las herramientas disponibles para rastrear a las personas, el trabajo recae principalmente en la policía. “Se hacen tareas de búsqueda y verificación en domicilios y empresas, y a veces se revisan redes sociales, aunque no es lo habitual. Pero todo eso lo hace la policía, que es la que está en la calle”, comentó.
El fiscal aclaró que no existen, al menos en Concordia, bases públicas de prófugos o rebeldes. “No hay publicaciones ni páginas web donde se difundan identidades, salvo casos excepcionales. Esto tiene que ver con la protección de derechos, ya que la mayoría de estas personas aún no tienen condena firme y mantienen la presunción de inocencia”, explicó.
Un sistema que combina derecho y prudencia
A diferencia de lo que suele imaginarse, la fiscalía no maneja una lista estable de personas buscadas. “No hay un número fijo de rebeldes, porque es algo muy dinámico. Hoy podés tener una orden de detención y mañana esa persona ya está localizada”, señaló Costa. De hecho, los casos más difíciles de resolver son los de quienes no tienen residencia fija o se trasladan por trabajo, como los llamados trabajadores golondrinas. “Son personas que vienen a la cosecha o a trabajar en la zona, tienen un conflicto o cometen algún delito menor y después regresan a su provincia. En esos casos es casi imposible ubicarlos”, detalló.
Cuando finalmente se localiza a una persona con orden de detención, el siguiente paso depende de la gravedad del delito. Si se trata de un hecho leve, muchas veces se la notifica y se le permite presentarse voluntariamente. “No tiene sentido movilizar un operativo hasta otra provincia para traer a alguien por una pelea menor. En esos casos se analiza el contexto y se busca una solución razonable”, explicó.
Costa también destacó el trabajo coordinado entre fiscalía, jueces y fuerzas policiales, subrayando la importancia de los procedimientos regulares y la transparencia. “Nosotros somos los que pedimos la detención, pero quien la ordena es el juez. Es un sistema con controles, donde cada decisión tiene que estar bien fundada”, señaló.
En Concordia, más que prófugos cinematográficos, lo que hay son rebeldes administrativos: personas que, por distintas razones, no se presentan ante la justicia pero cuya localización suele resolverse rápidamente. No hay listas públicas ni fotos circulando en redes, porque detrás de cada caso hay un proceso legal que respeta garantías básicas. Y aunque el trabajo de rastreo continúa, las cifras y los procedimientos muestran que, lejos del mito, la justicia local se enfrenta a desafíos más rutinarios que espectaculares. “El delito grave siempre está bajo control, los prófugos son excepcionales. Lo que más tenemos son causas en trámite con personas que todavía deben presentarse. Es parte del trabajo diario de la justicia”, concluyó el fiscal Costa.
Fuente: Despertar Entrerriano
