Día nacional del Vino Argentino
En 2013 se sancionó la ley que declaró al Vino Argentino Bebida Nacional. Cada 24 de noviembre se celebra su día para resaltar el valor de la vitivinicultura. Aquí la historia y su raigambre en la cultura del país
La Argentina es el único país del mundo que tiene al vino como bebida nacional y, si bien es un hecho reciente, la historia del vino en el país ostenta casi 500 años. Más precisamente 465 si se tiene en cuenta que la primera vid fue implantada en Santiago del Estero en 1556. No obstante, y durante unos trescientos años, la producción fue artesanal y el consumo regional.
Fue Domingo Faustino Sarmiento quién tomó medidas para convertir la producción vitivinícola en una industria, a mediados del siglo XIX. Más tarde, con la llegada de los inmigrantes, las grandes bodegas se multiplicaron y también el consumo. Pero las diversas crisis que azotaron al país le impidieron al vino consolidarse. Y de ser el principal consumidor per cápita con 90 litros anuales, la industria se desplomó y se vio obligada a reconvertirse. Hacia fines de los años 1990 algunas bodegas apostaron por la calidad, se tecnificaron y comenzaron a exportar. Más tarde, con la llegada de innumerables capitales extranjeros y el auge del Malbec, miles de etiquetas inundaron las góndolas.
El 24 de noviembre es el Día del Vino Argentino porque en esta misma fecha, pero del año 2010, fue declarado por decreto presidencial como Bebida Nacional. Luego, en 2013 el Congreso sancionó la Ley 26.870 que estableció el Vino Argentino Bebida Nacional.
Por la primera de esas fechas, cada 24 de noviembre se celebra en todo el país el Día Nacional del Vino para resaltar el valor de la vitivinicultura.
Y hoy, aunque aún en pandemia, se puede decir que el consumo de vino está aumentando y poco a poco se vuelve a tomar más.
Si se mira el consumo de vinos en 2020, más allá de la pandemia, el mercado de vinos en envase de cartón fue de 340 millones de litros, lo que representó el 36% del consumo local, apenas por debajo de la botella tradicional de 750 cc con un 39%, aunque aquí están representados todos los segmentos de precios. Los vinos en botella de litro y cuarto (1250cc) alcanzaron un 20% y el resto (botellas de 700cc, Bag in Box, latas, damajuanas, etc.) apenas un 5%.
A nivel mundial, en 2020 Argentina sostuvo el quinto puesto del ranking internacional con 10,8 millones de hectolitros (casi mil cien millones de litros), detrás de Italia (49,1 hl), Francia (46,6 hl), España (40,7 hl) y Estados Unidos (22,8 hl). Y seguido muy de cerca por Australia (10,6 hl), Sudáfrica (10,4 hl) y Chile (10,3 hl). Y si bien la pandemia afectó a innumerables industrias en todo el mundo, el vino ha demostrado haber superado esa etapa sin sufrir muchas consecuencias. Básicamente porque todo el consumo perdido en el on trade (restaurantes, bares, hoteles y caterings) se trasladó rápidamente a las casas. Y así, una persona que antes destinaba 30 dólares para comprarse un vino en un restaurante, por la misma plata podía llevarse dos o tres botellas del mismo vino para disfrutar en su casa. Y la Argentina no fue la excepción. Es más, hasta antes de la cuarentena el consumo local de vinos venía cayendo, tocando un piso de 18 litros per cápita. Hoy, ya está en 21 y con tendencia creciente, debido a que muchos argentinos volvieron a conectarse con la vieja costumbre de tomar vino en la mesa del hogar. Y si bien ya la mayoría ha regresado a sus trabajos, hoy muchos se dan el gusto de tomarse un vino entre semana, como hacían las generaciones anteriores a diario. Incluso en los restaurantes se está viendo que muchas personas aceptan acompañar el menú ejecutivo de los almuerzos con una copa de vino.

























