29 de marzo de 2024

Despertar Entrerriano

Diario de Concordia

Omar Sabaño, trabajador rural: «El campo es el sostén del pueblo argentino y del mundo»

En esta edición de «Entrevistados» de Despertar Entrerriano, nos encontramos con Omar Guillermo Sabaño, trabajador rural, ya que el 18 de marzo se conmemoró en todo el país el Día del Ruralista Argentino, una fecha que reconoce el trabajo de hombres y mujeres de campo.

-Para interiorizarnos un poco, ¿podría definir quién es Omar Guillermo Sabaño?

«Soy de la zona de los pagos de Ubajay, más precisamente de un pueblito, Aldea San Gregorio, está casi en el límite del Departamento Concordia con Colón, justamente cerca de Arroyo Grande. Tengo 61 años y mi vida siempre fue trabajar en el campo».

«Primero desde los 12 años hasta los 15 trabajé en un vivero de Don Reinaldo Tomás, un apellido muy conocido acá en Concordia, él fue muchísimos años presidente de la Rural, y a los 15 años se decidió postergar el vivero de plantines de eucalipto y ahí entré a trabajar en la empresa de Don Próspero Bovino en la forestación y siempre ligado también a la ganadería».

«Entré a trabajar en una quinta de citrus muy conocida acá en Argentina y ahí me jubile con la familia de Bovino, más precisamente con Concepción Villalba, que era la señora de Don Próspero, y a los 57 años. Fue el beneficio que sacaron para el rural, porque el gremio rural fue algo muy castigado, antes no tenía ni 8 horas, no tenía vacaciones, no hace tantos años salió el beneficio de las 8 horas. El día del empleado rural que es el 8 de octubre, no hace tantos años que salió, antes trabajaban de sol a sol, 13 – 14 horas en el verano, y el único beneficio que tenía el mencho rural era los días sábados, 2 horas antes de la puesta del sol podía dejar de trabajar, o sea que si el sol entraba a las 20.00 hs de la tarde, vos podías dejar de trabajar a las 18.00 hs entonces con esto uno quiere dejar claro que el gremio rural fue muy castigado».

«Yo tenía 15 años y descargaba bolsas de abono que traían para fertilizar las quintas, abono de 50 kilos, con 15 años, hoy cambió mucho esto, si hoy te encuentran a un chico haciendo lo que hacía yo te encanan».

– ¿Y desde cuándo usted se dedica a este oficio?

«Toda mi vida, yo nací en el campo, nosotros somos 12 hermanos, yo soy el número 7, mi viejo vivió toda la vida en el campo y nos crió ahí, nosotros fuimos a una escuela rural que todavía existe, en Aldea San Gregorio, que nos quedaba a una legua y media para ir y volver desde mi casa, hacíamos a caballo tres leguas por día».

– En sus palabras, ¿qué significa ser ruralista?

«La palabra pesa mucho, significa mucho, pero hay gente que no le da valor. Ruralista es la gente que desempeña el trabajo grosero en el campo, ser ruralista es ser el que siembra para mantener la hacienda en el día a día, ser ruralista es no tener día franco, si tenés animales, los días de frío, los días de lluvia, los días crueles vos tenés que salir emponchado a darle de comer a tus animales porque los tenés que atender, no sos dueño de tomarte vacaciones, de cerrar la puerta de la casa e irte 15-20 días de vacaciones, porque los animales necesitan atención, los tenés que curar cuando se lastiman, es muy grosa la palabra ruralista, el que trabaja en el campo, me va a entender, si tenés animales tenés que dedicarle tu tiempo».

– ¿Cómo es un día en la vida de un ruralista? ¿De un hombre de campo?

«Es muy lindo para la gente que vive en el campo y le gusta, a mí vivir en el campo me encanta, tengo 61 años, a los 57 años me jubilé y trabajo con la hacienda; te levantas a las 05.00 hs de la mañana, para aprovechar la fresca, el caballo te brinda su ayuda, tus grandes y fieles ayudantes que son los perros, que te ayudan, ya a las 10-11 de la mañana quema el sol y se te acaba todo. En el campo es muy tradicional la siesta, entonces te echas una siesta, tomás unos mates y al campo de vuelta hasta que se hace la noche, así es la vida del campo, no hay feriado, no hay día de lluvia, de hecho los días de lluvia son los más sacrificados, tenés que montar el tractor, salir a tirar forraje, desparramar los rollos; la gente del campo no es como en la ciudad que cumplís el horario, manoteas el paraguas y te vas a tu casa, la vida del campo es fullera, por eso la gente del campo se enferma mucho, porque en el tiempo de invierno, bajas temperaturas, con lluvias, viento frío, vos tenés que salir a mojarte porque les tenés que salir a dar comida a los animales que te están esperando».

– ¿Cuál es uno de los mayores inconvenientes que le tocó vivir como ruralista?

«Lo que más nos ha castigado siempre y hoy lo estábamos sufriendo es la sequía, que te termina todo, todo el mundo con el mismo problema; algún vecino que le sobra el agua y es bondadoso con el otro vecino, se le hace un cercado eléctrico y comparten el agua, otro tiene el molino, de los molinos se retira el vertiente y no sacan más agua, andan bomberos acarreando agua al vecino, acarreando con los camiones, con los tanques y tirándole a la represa; lo que más nos ha castigado son las secas, y la otra cara es el invierno, cuando viene cruel, muy llovedor, perdés muchos animales, porque es tanto el frío, y llueve y el animal vive mojado, en el día, en la noche, duerme sobre lo mojado, se despierta mojado, y el frío le empieza a entrar hasta que lo come. Son los momentos más críticos».

– Económicamente hablando, ¿hubo una época que le favoreció más al campo y una que le favoreció menos?

«Si totalmente, el tema de la sequía deja grandes secuelas, porque con la sequía estás al límite de perder todo el gran sacrificio que has hecho. Cuando vienen las cosas bien, hay un dicho muy viejo que dice: «hoy estamos en la época de las vacas gordas», cuando está todo lindo, cuando llueve y hay pasto, la época te acompaña; y cuando cazas la época de las vacas flacas, que es lo malo, la sequía, como lo que le está pasando a la gente de Federal, Feliciano, hay animales que se echan y no se levantan más, hay una escasez tremenda, ellos no han casado una gota de agua, nosotros gracias a Dios después del 20 de enero tuvimos la suerte de que supimos tener lluvias y hemos rondado los 200ml, nosotros somos unos grandes favorecidos, y agradecidos a Dios, pero hay gente que la sigue luchando y está perdiendo todo, todo lo que significa de muchos años, porque muchos dicen si una vaca va, cría hoy el ternero, pero es largo el proceso, vos para formar una vaca, una madre con cría, que es de donde sacas el ternero, te lleva 3 años, entonces por eso deja grandes secuelas, y cuando te agarra la época mala se corre grandes riesgos de perder todo; si vos tenés 100 madres, y perdiste 30 tu ganancia se fue al c…….».

«A mí me pasó que alquilé un campo que no me di cuenta que tenía duraznillo, que es una hierba mala del campo, y se transmite a través de los pajaritos que agarran la semilla y la van sembrando, perdí 16 vacas en 4 días, comió ese yuyo y se envenenó y no hay marcha atrás, no hay inyección, no hay nada. Entonces el ruralista tiene que saber cuándo viene la época buena y la época mala, incluso hay un dicho que dice: «agarrate catalina que se nos viene la época mala», y el ruralista tiene que estar preparado».

-En su opinión ¿en qué época estamos? ¿Estamos en una época buena o mala para el campo?

«Hoy estamos en un retroceso, hemos retrocedido varios kilómetros hacia atrás, venía bien el tema del campo, pero ahora el tema del intermediario, etc, complica mucho a la ganadería. El intermediario es el que te busca el negocio, vos le decís yo tengo tantos animales para vender, y él te busca compradores, si vos vas directo al comprador, él va a decir, no yo tengo mis vendedores, entonces vos tenés que hablar con el intermediario de él, ese intermediario está prendido en un 2% de comisión para vos, un 2% de comisión para el que compra, ese es el intermediario, es lo que castiga grande a la producción del campo, el intermediario ahora está presente en el cajón de la lechuga, en la ganadería, está presente en todos lados».

– ¿Qué cambios ha notado en el campo a lo largo de los años?

«Antes todo era a tracción a sangre, era un aradito cinchado a caballo, delante del arado había un balancín que tenía los tiros, que eran cadenas, vos ensillabas al caballo le ponías las cinchas y el caballo te cinchaba el arado, era todo fuerza a tracción; hoy hubo grandes cambios, hay gente que siembra miles y miles de hectáreas, ya se han visto las maquinarias que hay, tractores, cosechadoras, hoy con aire acondicionado, para la gente que está en ese rubro lo único que falta inventar es el caballo con aire acondicionado; cambio grandemente».

– ¿Volvería a dedicarse a esto? ¿Por qué?

«Si, totalmente sí, estoy por cumplir 62 años y mis hijos y mi señora me están hablando para rajar al pueblo, y yo les digo que no estoy preparado todavía para eso, porque me siento bien, yo soy la persona más feliz levantándome, tomando unos mates y tocar al campo, con mi perro, eso es lo más grande para mí, me pueden decir: ¿con eso te conformas?, y si, fue toda mi vida eso, trabajar. Si Dios me diera otra oportunidad de decir volvé a ser humano, elijo eso, capaz alguien me va a decir ¿porque no sos disputado o algo de eso?, pero a mi déjame tranquilo que voy al campo».

-En sus palabras, ¿nos puede decir la importancia de su labor para la sociedad?

«A la sociedad le hablaría y le diría que antes las colonias eran muy surtidas en gente y en familias, nacían los hijos ahí y trabajaban con los padres y todo, hoy no encontrás a nadie en el campo, las familias se migraron todas, por eso está muy difícil el tema de la juventud hoy, buscas a una persona joven para trabajar en el campo y no hay, no nace más nadie en el campo, andan esos tremendos tractores, haciendo su siembra, haciendo su trabajo; pero a la sociedad le digo que lo más lindo es trabajar en el campo, vivir en el campo, y el campo es el sostén del pueblo argentino y del mundo, porque gran parte de la producción nuestra se va para afuera, hay mucha gente que come de esto, y el sostén de nuestro pueblo es la gente del campo, del campo sale el zapallo, el perejil, la carne, lo que uno se imagine, en el campo está la naranja, está todo. Ojala se despierten los políticos y le den una mano al campo, que no lo asesinen, lo están asesinando en impuestos, cuando el campo está en la mala que pierde, que se muere, etc, no aparece nadie a darle una manito, cuando al campo le va bien y cosecha y todo, aparecen con las retenciones, y los impuestos, y la madre en coche, es lindo sacarle cuando van bien pero también, darle una mano cuando viene lo malo, ese es el mensaje para nuestros políticos».

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

YouTube
YouTube
Instagram
WhatsApp